No es una asociación benéfica, aunque considere estas prácticas como un deber.
No es una religión, ya que no impone a sus miembros una creencia religiosa determinada. Los francmasones pueden practicar la religión de su preferencia, con tal que respeten las opiniones de los demás.
No es una secta, no proclama ni admite dogmas de ningún tipo, respeta íntegramente las creencias de sus miembros y estos pueden abandonar la Masonería en cualquier momento que lo deseen. Se dice que es más fácil salir que entrar.
No es una asociación para obtener beneficios personales, ya que no procura a sus miembros ventajas en los negocios o en la política.
No es una sociedad secreta, ya que no niega su existencia y cuáles son sus propósitos y finalidades y está inscrita en España en el Registro de Asociaciones, con los nombres y apellidos de sus dirigentes y la presentación de sus Estatutos.
No es un círculo de estudios ni una escuela filosófica, ya que el trabajo en las Logias es solamente ritual, con arreglo y sujeción a los diferentes Ritos en los que trabaja la Masonería.